martes, 24 de diciembre de 2013

RAMÍREZ ESCUDERO Y LA ESTATUA DE IRADIER

La erección de la estatua de Manuel Iradier y Bulfy se debió a la generosidad pecuniaria de Lázaro Ramírez Escudero, destacada personalidad vinculada al valle de Zuya y al municipio de Zigoitia; precisamente a la localidad de Ondátegui le legaría su "Fundación Escudero".
El 4 de julio de 1954, con motivo de cumplirse el centenario del nacimiento de Vicente Goicoechea se comprometía a financiar su estatua, que se colocaba un año después en Aramaiona. Dos días más tarde de la citada fecha, se celebraba también el centenario del nacimiento de Manuel Iradier. Ramírez Escudero aportaría igualmente el dinero necesario para costear la escultura del explorador. Un nuevo proyecto pretendía levantar una tercera en honor de Sebastián Iradier en su pueblo natal de Lanciego, pero ese monumento nunca llegó a ver la luz.
La inauguración de la estatua de Manuel Iradier tuvo lugar el 11 de agosto de 1956 al mediodía. Entre las personalidades asistentes figuraron su hijo, nietos y sobrinos, así como el director general de colonias, el donante del monumento y el escultor que la realizó, Lorenzo Ascasíbar Arana. Guillermo Montoya como representante del Consejo de Cultura pronunció un discurso en el que comparó su figura con la de San Francisco Javier.
La escultura conserva su primitivo lugar de emplazamiento, en el parque de La Florida.
Texto sacado de un artículo de José Vicente Arrizabalaga Loizaga para la GACETA MUNICIPAL DE VITORIA-GASTEIZ Nº 114 del 25 de septiembre de 1998.

jueves, 10 de octubre de 2013

DIEGO DE LANDA: DESTRUCTOR DE LOS CÓDICES MAYAS

El cura Landa fue el destructor de los Códices Mayas.
Franciscano.


Nació en Cifuentes (Guadalajara) España el 12-11-1524.
Murió en Mérida (Nueva España) México el 29-4-1579
DIEGO DE LANDA EN WIKIPEDIA
Algunos pensaban que era vizcaino, otros por el apellido pensaban que era descendiente de un alavés.

jueves, 30 de mayo de 2013

LOS PINTORES DE VITORIA

Los pintores de Vitoria
han terminado ya de pintar
las estaciones de Atxuri
y Amara en San Sebastián.
Guía, guía, maquinista,
guía, guía, sin cesar,
que la máquina del tren
se va a parar,
y nos vamos a Vitoria
a pasar el Carnaval.

sábado, 4 de mayo de 2013

miércoles, 1 de mayo de 2013

RICARDO BECERRO DE BENGOA

Ricardo Becerro de Bengoa (7 de febrero 1845- 1 de febrero 1902)
Nace en la vitoriana calle Chiquita. Su padre Miguel, natural de Maillo, Salamanca, era Subteniente del Regimiento Provincial de Palencia, su madre, Francisca Cayetana, natural de Aramayona.
Su vida transcurre en tres ciudades distintas: Vitoria (1845-1870), Palencia (1870-1886) y Madrid (1886-1902) a causa de su trayectoría docente y política.
En Vitoria se planteará la fase primordial del devenir histórico de Ricardo, aquí se formará en el campo de las artes, estudiando en la Escuela de Bellas Artes y en el Instituto desarrollará su formación de Bachiller en Artes y Ciencias, ampliando éstos en las facultades de Ciencias de Valladolid y Madrid hasta obtener la Licenciatura. Muy pronto es llamado por el propio Instituto para desarrollar su actividad docente, siendo nombrado Auxiliar de las Cátedras de la Sección de Ciencias.
Ricardo Becerro de Bengoa se integra plenamente en la vida cultural de Vitoria participando activamente en la misma, y especialmente con sus colaboraciones literarias en las más importantes publicaciones del momento, siendo él mismo fundador, redactor y dibujante del Semanario "El Mentirón" (1868-1869).
Obtenida la Cátedra de Física y Química del Instituto de Palencia, en 1870, marcha a esta ciudad en la que contraerá matrimonio con Isabel Antolín. Este hecho, el nacimiento de sus hijos y la magnífica acogida de los palentinos determinará su presencia incondicional en esta tierra y desarrollará, al igual que en Vitoria, una intensa vida cultural, científica, literaria y política llegando a ser Concejal de su Ayuntamiento, Director del "Diario Palentino" y Creador del Observatorio Metereológico de Palencia.
Nunca olvido Vitoria, seguirá colaborando con diversas instituciones que, año tras año, le reconocerán sus méritos recibiendo de éstas los más altos nombramientos: Vocal de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes en 1870, Socio de Mérito de la Academia de las Ciencias de la Observación.,  Socio Benemérito del Casino Artista de esta ciudad, etc.
Su interés en la política activa de las Provincias Vascas determinará su decisión de presentarse a Diputado a Cortes por Vitoria en varias ocasiones, 1878 y 1883, consiguíéndolo definitivamente en 1886. Este hecho le obliga a trasladarse a la capital y en ella, además de cumplir con sus obligaciones políticas, será nombrado catedrático del Instituto de San Isidro, centro en el que tendrá ocasión de poner de manifiesto su gran vocación docente. El capítulo de la biografía política de Becerro de Bengoa se cierra con su designación como Senador del Reino en 1901.
De nuevo en esta etapa madrileña 1886-1902 nos hallamos ante un hombre plenamente integrado en la vida de la ciudad. Aquí recibirá las más altas designaciones: Académico Correspondiente de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de las Ciencias, Socio Honorario y de Mérito de Asociaciones diversas: Congregación de Naturales y Originarios de las tres Provincias Vascas "San Ignacio de Loyola", Centro Instructivo del Obrero, Sociedad para la Propaganda de la Vida del Campo,
Presidente de la Asociación de Catedráticos Numerarios Españoles, y un largo etcétera que no le impedirán desarrollar una prolífica actividad literaria publicando monografías y colaborando por medio de artículos en las más prestigiosas publicaciones periódicas del momento.
Gran parte de su obra literaria, especialmente relacionada con las descripciones histórico-geográficas de diversas provincias españolas no sólo son frutos de sus conocimientos a través de la lectura y formación historiográfica, sino también de la experimentación. Los testimonios documentales manuscritos de los viajes que realizó por la geografía española, que se han hallado en los Archivos de sus sucesores, están llenos de anotaciones curiosas e ilustrados con interesantes dibujos que transmiten las imágenes que sus ojos percibían: personajes, arquitectura, folklore, etc. Su pluma artística, ágil, sencilla, detallista y lacónica a veces, nos permiten hoy visualizar aquellos lugares que Ricardo Becerro de Bengoa visitó.
Tal vez esta vida intensa hace mella en su salud muy tempranamente, le faltaban seis días para cumplir 57 años cuando nuestro ilustre vitoriano muere en Madrid (1 de febrero de 1902). La capital de España, Palencia y Vitoria se duelen de tan irreparable pérdida.
En 1995, 150 años después de su nacimiento, las ciudades que fueron protagonistas de su historia le rindieron un merecido homenaje.